140 g fermento previo (90 harina, 50 leche, 2 levadura, fermendados)
100-120 g de infusión de leche con cítricos, canela, ron y agua de azahar
340 g harina de fuerza
70 g azúcar
7-10-15 g levadura fresca (o bien 2-3-5 g de levadura seca), todo depende de la prisa que tengas.
2 huevos
60 g mantequilla
3 cucharaditas de ron
2 cucharaditas de agua de azahar
Ralladura de limón
Pizca de sal
Fruta confitada, guindas, azúcar, almendras, etc. para decorar
Huevo batido para pincelar
Canela, piel de limón y naranja para cocer en la leche
Se hace una infusión con leche, la piel de cítricos y la canela; que rompa el hervor y repose unos minutos. Se añade el ron y el agua de azahar, una vez tibio, se toman 100-120 g de la infusión, dependiendo de la capacidad de absorción de la harina (se completa con agua si se evaporó mucho) y se le incorpora el resto de ingredientes excepto la mantequilla. Queremos que la masa se pegue ligeramente a las manos al comienzo; se amasa con cuidado unos minutos hasta que haya cogido un poco de correa; entonces se incorpora la mantequilla y se vuelve a amasar (tal vez otros 10 minutos) hasta que esté lisa, muy suave y brillante. Se deja fermentar hasta que doble el volumen (dependiendo de la cantidad de levadura y temperatura, de 1 a 2 horas, o más); se forma como un roscón (haciendo un agujero en el medio y estirando como una correa), una vez bien estirado, se mete la sorpresa, se pincela con huevo y se deja reposar en la bandeja cubierta con papel de hornear. Cuando haya vuelto a doblar volumen, se vuelve a pincelar con huevo, se pone la fruta, el azúcar y se hornea unos 16-18 minutos a 220-200º.